a la vida me refiero.
Yo que creía en su eterna juventud,
se desvaneció mi sueño
al apreciarle arrugas.
Se me antojó inodora;
a la vida me refiero.
Pero llegó a mi olfato el perfume
a corona de crisantemos
casi marchita.
Se me antojó indestructible;
a la vida me refiero.
Y no me atreví a acariciarla
al descubrir su esencia de cristal
y fragilidad innata.
Se me antojó inconcebible
a ésa que es innombrable.
Sí, a ésa…
a la muerte me refiero.
Aunque nunca dejó de acechar,
de acecharme y de aguardarla,
a la vida me refiero.
Se me antojó echarle menos años.
Se me antojó echarla de menos,
incluso antes de su deceso,
a la vida me refiero.
La vida és com una dansa. Té un començament una cadència i un final.
ResponEliminaCom una dansa amb diferents ritmes, com la narració d'un llibre amb el seu inici, nus i desenllaç.
EliminaGràcies, Xavier.
Se me antoja leerte , encontrar razones y motivos que se refieran a la vida y sus contrastes , a veces dulces otras amargos pero nunca ajenos a ambos lados del teclado.
ResponEliminaEm sembla deixar-te, aquí, un petó.
¿Ves? Eso sí que no... No se me antoja lo ajeno, no a ambos lados del teclado.
EliminaUn petóh.