Disimulaba increíblemente bien esta desazón delante de la gente. Nunca pensó en contárselo a nadie ya que no lo entenderían, y para qué perder el tiempo entonces, si de tiempo se trataba. Él sólo tenía tiempo para imaginar su retroceso en el redundante tiempo. Resolver lo no resuelto y probablemente irresoluble. Cambiar situaciones dolorosas o tal vez apaciguar ese desgarro para curar las cicatrices futuras, ahora presentes, palpables e igual de dolorosas. Y vuelta a revivirlo y, vuelta al deseo de la vuelta atrás en el tiempo. La casa llena de relojes marcando las horas y su repetida tarea de retroceder los minuteros. Maldito tiempo inútil, maldita la hora en la que erró, malditas las Horas.
Hasta el día en que un haz de luz en forma de idea cruzó por su pensamiento: ¿No cuesta menos avanzar cuando no hay vuelta atrás?
Y decidió avanzar, sin lastres, sin giros. Y avanzó, a paso firme y rápido.
A veces huyo "en redondo" y cuando no hay asfalto bajo mis pies me cuesta más y más regresar.
ResponEliminaSaco fuerza de mis ayeres y detesto los relojes obstinados ( tengo un amigo que siempre lleva un reloj parado en una de sus muñecas...dice que así de algún modo derrota al tiempo pero...bueno , es su forma de ver las cosas).
Supongo que regresar es otra manera de continuar andando pero me niego a mirar solo al frente.
Un petoh de regeso
Cada uno huye o avanza a su manera: llevando relojes parados (curioso método), echando una ojeada a los ayeres, escribiendo unos modestos y rocambolescos renglones que algún lector avispado llega a entender, etc.
EliminaTodo está permitido, y sinó, que se pare el tiempo.
Un petóh intemporal.
crei haberte escrito ayer pero no veo mi comentario
ResponEliminaSituaciones asi son difíciles de aceptar pero tu eres la única que puede cambiarlas cambiando el pensamiento de tu mente un abrazo
No hay posibilidad alguna de cambiar el pasado pero las acciones del futuro están en nuestras manos. O como bien dice tu nombre, siempre podemos: Recomenzar.
EliminaUn abrazo y gracias!