Se me ocurren tantos adjetivos que rimen para ese beso... Un beso con sabor a dientes, ardiente en deseo, impaciente de juegos, sucedáneo de nadas por ser único en el momento. Pero esto no es poesía, ni tan sólo alegoría del amor.
Joder, como me gustó ese beso. Y me vuelvo vulgar al evocarlo, quizá por lo sucio, quizá por la rabia de saber que cada beso con chasquido de dientes es único e irrepetible. No hay ninguna melodía en su sonoridad, ni tan sólo puedo asegurar su perpetuo recuerdo. Pero joder, como me gustó ese beso rápido e impetuoso. Inmediato también como un chasquido de dedos, como un choque adolescente en el auto de choque de la feria de verano del pueblo y chicle en el capó.
Pero no, por más que intento explicarlo, no puedo. No hay nada comparable a ese beso húmedo en la sequedad de la tarde, con tropiezo de dientes y sabor a pasión incoherente. Me gustó, joder si me gustó ese beso.
Un petó, (en el bon sentit de la paraula) salvatge.
ResponElimina...i un gran i agraït gràcies.
Elimina:)
En días como estos un beso puede rescatarnos.
ResponEliminaGracias Martina,
L.
Tienes toda la razón; una especie de rescate a regañadientes...
EliminaGracias a ti por la visita, L.