¿Y ahora por qué te vas?
—¿No me acabas de decir que te deje?
—Me refería a que me dejaras con mis pensamientos. Y te pedía, que para ello, me regalaras un silencio. Porque mis pensamientos, contigo y tu silencio prestado, se hacen buena compañía.
—¿Entonces me pides que me quede callado a tu lado?
—Para qué llenar este pequeño espacio con preguntas y palabras. ¿No ves que no nos hace falta rellenar vacíos? Todo en ti conmigo, y en mí contigo, ya rebosa; no cabe nada más.
Y ahora anda, déjame...
Se sentó a su lado en una mullida butaca y abrió el periódico, resoplando. Al cabo de un minuto bajó sus gafas de pasta y la miró atentamente: estaba preciosa cuando se ponía en plan pensativo. ¿Pensará en mí, mi princesa loca?
Fotografia: Hanna Seweryn |
Pensaments sorollosos, estança silenciosa.
ResponEliminaCert... sorollosos en el cap, silenciosos per altri.
EliminaGràcies, Xavier.
és una sort que algú regali silenci sense haver-ho de demanar, lo poc que es pugui dir després tindrà major substància, si n'és de necesari dir res.
ResponEliminaQuántes paraules ens estalviaríem si només pronunciéssim les verdaderement importants i necessàries. Però el món no està preparat per a tants silencis...
EliminaGràcies, sr. nadie.
segur que sí, o al menys paga la pena fer-se aquesta il·lusió
ResponEliminaPotser sí, qui sap; però l'únic que sabem és el que ell pensa, que és formar part dels pensaments d'ella.
EliminaGràcies per la visita, g!
Siempre he creído que lo más difícil e intimo de compartir , entre dos personas , es un silencio.
ResponEliminaUn petoh.
Un silencih.
Llevas mucha razón, un silencio es un momento de alta intimidad que muchas parejas y amistades de gran complicidad deberían probar de compartir.
EliminaUn petoh en el silenci.