No va mal limpiar el alma
de vez en cuando,
cuando ni un trago la calma.
No va mal
cuando rebosa de pus,
cal y lágrimas.
Porque no somos de piedra
ni alabastro,
porque construimos
castillos de arena
pero la pena
los destruye poco a poco
a base de heridas
impregnadas de salitre.
No va mal
soltar sapos por la boca,
vomitar verdades,
sanar suciedades,
desincrustar el alma
y darle brillo.
No va mal limpiar el alma
de vez en cuando,
cuando ni un beso la calma.
Per la Rocío i la destacada sensibilitat de tots aquells que exerceixen l'àrdua tasca del Treball Social, dia a dia.